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ESTRATEGIAS PARA ABORDAR LA LECTURA

Al enfrentarnos a una lectura de distintas fuentes, lo ideal es generar una suerte de modelo mental o representación mental de documentos. Este debería integrar y combinar la representación de cada texto por separado y, luego representar al conjunto al poner en relación las diferentes lecturas.

Identifica las características de la fuente

Para representar un texto en particular, primero deberás comprender cómo es la fuente en sí misma. Esto va más allá del contenido, pues nos exige evaluar el contexto en el que el texto se escribió, cómo es su autor, en qué línea se inscribe y cómo es el estilo en el que escribe. Mira el siguiente esquema para comprender cómo se puede plantear esta etapa:

Poder responder a estas preguntas se conoce como “lectura retórica”, y te sirve como lector o lectora para tener un marco de referencia que te permita evaluar y comprender mejor la relevancia de cada texto y de muchos de ellos en su conjunto.

Relaciona tu comprensión del texto con tus conocimientos previos

Un elemento importante a considerar es que cada lectura, si bien representa un conocimiento en sí mismo, siempre dialoga con otros textos y también establece un diálogo mental con lo que tú ya sabes de un tema, lo que esperabas y tus ideas preconcebidas sobre el tema. Por eso, es importante que generes dos tipos de representaciones mentales sobre el texto: una apegada a la fuente, que construya redes de significados de las ideas (que se llama “texto base”), y otra que integre la lectura con tu conocimiento previo para poder interpretarlo (llamado “modelo situacional”). Aquí te planteamos algunas preguntas para comprender la diferencia:

Resume tus lecturas

Cuando has terminado de leer un texto, conviene generar una síntesis, que significa seleccionar, elaborar y establecer conexiones y reorganizaciones de la información que extraes de tus lecturas. Para eso puedes usar diversos formatos, como resúmenes, tablas, líneas de tiempo, esquemas numerados o mapas conceptuales.

Por ejemplo, si haces resúmenes podrías hacer uno “canónico” o “específico”. Los resúmenes canónicos están más apegados a la estructura de las ideas principales y secundarias del texto. Los resúmenes específicos son aquellos que toman ideas puntuales del texto que se consideran importantes para los objetivos del trabajo de investigación en curso.

Si bien los resúmenes son lo más frecuente, estas son otras ideas:

• Usa tablas como matrices de comparación/contraste para representar información relevante de uno o varios textos.
• Usa mapas conceptuales para jerarquizar información de forma deductiva, a partir de un concepto organizador.
• Usa líneas de tiempo o esquemas numerados para ordenar hechos o eventos que tienen sucesión temporal.