RECURSOS PARA LEER, ESCRIBIR Y HABLAR EN LA UNIVERSIDAD

Al ingresar a la universidad los y las estudiantes se enfrentan al desafío de leer, escribir y comunicarse oralmente según las convenciones y modos de pensar que son propios de las diferentes disciplinas. ¿Te has enfrentado ya a leer un capítulo de libro teórico, a escribir un informe de laboratorio o a preparar una defensa de examen oral?. Pues bien, en estos recursos encontrarás herramientas para enfrentar estos y otros desafíos similares.

¿Cómo compilar y organizar lecturas?

En la universidad las y los estudiantes se enfrentan con frecuencia a grandes cantidades de lectura. Pero, ¿cómo agruparlas y sistematizarlas para no tener que recurrir siempre al texto original completo?  Esta guía entrega herramientas para que puedas organizar tus lecturas de la universidad de forma estratégica.

Preguntas Clave

Cuando tenemos que leer una gran cantidad de textos, es útil resumir y agrupar las lecturas. Esto permite tener acceso rápido a toda la información que las y los estudiantes van acumulando a lo largo de su recorrido académico.
Te conviene aprender a dejar registro sistemático de los textos que vayas leyendo, porque…

  • puedes leer cada texto solo una vez, y luego consultar tus materiales para refrescar la lectura;
  • puedes armar familias de textos que hablan del mismo tema y así acceder rápidamente a la información, y
  • puedes adelantar tu trabajo a la hora de escribir marcos teóricos, estados de la cuestión, o similares.

ACTIVA CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS PREVIAS

¿Te has enfrentado a revisar múltiples fuentes para elaborar un trabajo académico o una investigación? ¿Cómo has organizado estas lecturas? ¿Has utilizado algún mecanismo como fichas u otro?  ¿Qué te ha resultado útil? ¿Qué dificultades se te han presentado en el proceso?

¡Ten en cuenta lo que sabes y lo que necesitas saber antes de leer lo que sigue de este recurso!

Estrategias para compilar y organizar lecturas

Es recomendable escribir un resumen de los textos que vamos leyendo en la universidad.  Aunque esto toma tiempo, te recomendamos hacerlo cada vez que termines un texto, porque la memoria es limitada y es muy probable que vayas olvidando los puntos más finos de las lecturas a medida que revisas otros textos. Si generas esta clase de “productos”, siempre tendrás a mano la información que leíste.
Después de hacer los resúmenes, asigna a cada lectura algunas palabras clave que te sirvan para construir familias de textos. Aunque los artículos académicos tienden a incluir palabras clave, lo que te recomendamos es que definas personalmente cuáles te sirven y cuáles deberías agregar, de acuerdo con tus cursos o tus intereses de investigación.

Luego, puedes dejar registro de estas etiquetas en alguna herramienta computacional que te facilite la búsqueda:

  • Los gestores bibliográficos permiten agregar keywords o descriptores a cada texto que guardes.
  • También puedes guardar tus lecturas en algún blog y utilizar la herramienta de etiquetas o categorías (esta opción puede ser más fácil si es que necesitas consultar tu bibliografía desde un equipo que no tenga instalado el gestor bibliográfico).

La idea es que vayas repitiendo las palabras clave en diferentes textos, para que así encuentres varios textos sobre el mismo tema al usar las etiquetas.

Si utilizas un gestor bibliográfico, puedes dejar anotada la referencia del texto para cuando necesites citarlo en una bibliografía. También puedes hacer este proceso a mano si te es más cómodo. Recuerda que existen diferentes sistemas de citación y muy probablemente tu disciplina prefiere uno en específico. Si dejas construida la referencia en el sistema que debes utilizar, te ahorras mucho tiempo cuando tengas que escribir tus trabajos: solo será cosa de copiar y pegar desde tu registro.
Hasta este punto tendrías un grupo grande de textos registrados, pero con poca relación entre sí (salvo a través de las etiquetas). Te recomendamos que, cuando tengas que usar estas lecturas con algún propósito específico, generes un nuevo texto que incorpore las lecturas. Por ejemplo:

  • Si tienes una prueba, junta todos los textos que se incluirán en ella y escribe un texto indicando las relaciones entre ellos.
  • Si tienes acceso a las preguntas de la prueba, agrupa los textos que sirvan para responderlas.
  • Si tienes que escribir un marco teórico u otros textos similares, puedes agrupar los textos referidos a un subtema específico y generar un documento resumen.

Básicamente, este es el mismo ejercicio realizado anteriormente, pero desde una postura crítica y activa frente a las lecturas leídas.

Para recordar

  • Organizar tus lecturas te permite ahorrar tiempo a largo plazo.  Si bien hacer resúmenes y establecer familias de textos te puede quitar tiempo en un comienzo, lo recuperarás con creces cuando a lo largo de tu carrera puedas volver a las mismas fuentes sin necesidad de volver a leer.
  • Recuerda que organizar lecturas es una manera de prevenir el plagio. Cuando utilizas adecuados mecanismos de citación, esta estrategia te previene de plantear como tuya una idea que en realidad leíste de otra fuente.
  • No olvides explorar tus propias estrategias. El recorrido académico es personal y para perfeccionarnos como lectoras o lectores es fundamental reflexionar respecto de lo que nos resulta útil y lo que no.


Profundiza

Si quieres profundizar aún más tus técnicas de lectura, puedes acceder a este contenido adicional que te entregará más y mejores herramientas para potenciar tus habilidades:

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