RECURSOS PARA LEER, ESCRIBIR Y HABLAR EN LA UNIVERSIDAD

Al ingresar a la universidad los y las estudiantes se enfrentan al desafío de leer, escribir y comunicarse oralmente según las convenciones y modos de pensar que son propios de las diferentes disciplinas. ¿Te has enfrentado ya a leer un capítulo de libro teórico, a escribir un informe de laboratorio o a preparar una defensa de examen oral?. Pues bien, en estos recursos encontrarás herramientas para enfrentar estos y otros desafíos similares.

¿Cómo subrayar o destacar un texto?

¿Te ha pasado que, cuando estás leyendo un texto para la universidad, te pones a destacar, y destacar, y destacar, incluso con diferentes colores… hasta que no te queda nada sin destacado? Es frecuente que nos digan que «destacar lo importante» es clave para comprender, pero no siempre nos explican qué cosas son importantes de destacar. En este texto, te presentamos algunas estrategias que te pueden servir para discriminar mejor y encontrarte con un destacado o subrayado que sea amigable contigo.

ACTIVA CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS PREVIAS

¿Qué hábitos de destacado te funcionan mejor? ¿Hay colores o formas de destacar (por ejemplo, subrayado) que te sean más amigables? Cuando destacas, ¿qué partes del texto suelen ser destacadas con mayor frecuencia?

¡Ten en cuenta lo que sabes y lo que necesitas saber antes de leer lo que sigue de este recurso!

Antes de subrayar o destacar, recuerda…

  • Es importante que tengas claro cuál es tu propósito de lectura, para que sepas qué vas a recoger de esta lectura y/o para qué la estás leyendo.
  • Realiza una primera lectura panorámica de tu texto, que te permita identificar cuál es su estructura y secciones.
  • Luego, lee por secciones o párrafos, procurando identificar para cada uno cuál es su idea principal.
  • Recuerda que puedes trabajar con el texto de otras formas o en combinación con esta técnica: haciendo preguntas, anotando conceptos o escribiendo notas al margen.
  • Nuestra meta es que, ojalá, destaques alrededor de un 20% de la información como máximo.
  • Si vas a usar diferentes colores, debes tener muy claro para qué es cada color (ejemplo: verde para conceptos, amarillo para ideas principales).
  • Si tu texto ya viene subrayado o destacado (por ejemplo, si es una fotocopia o un libro usado de la biblioteca), intenta hacer tu propio destacado sin fijarte en ese trabajo ajeno. Lo que es importante para ti puede ser diferente de lo que te encontraste.

Una estrategia para identificar las ideas importantes

Si bien hay muchas formas de abordar una lectura para destacar o resumir, acá te proponemos incorporar un trabajo con las llamadas «macrorreglas». Las macrorreglas son una estrategia propuesta por Teun van Dijk, que refiere a los procesos mentales que realizas cuando te enfrentas a un texto. Estas son cuatro:

  • Omitir: significa eliminar la información que no es estrictamente relevante para comprender la idea general del texto. Los datos extra, si bien pueden ser interesantes, los omitiremos cuando no sean estrictamente necesarios para entender.
  • Seleccionar: significa lo contrario de lo anterior, es decir, quedarnos con aquella información que sí es necesaria para poder entender el texto.

Si te fijas, tanto esta regla como la anterior se refieren a la información explícita del texto. Hay otras dos que te ayudan a trabajar con la información explícita o el procesamiento general:

  • Generalizar: significa recoger las características en común de una serie de elementos o ideas en una idea más grande. Por ejemplo, se puede usar para asignar una etiqueta a una serie de conceptos más específicos.
  • Integrar o construir: significa incorporar diferentes ideas presentes en apartados diversos del texto en una idea superior, que las abarca a todas.

¿Pero cómo se usan estas reglas?

Estas son reglas que empleamos mentalmente al leer, a veces con más o menos rapidez. Pero conocerlas te puede servir para tomar conciencia de lo que realizas al leer: cuando subrayas o destacas, lo que estás haciendo es seleccionar información (el destacado) y omitiendo otra que no es relevante. Cuando anotas ideas al margen, estás generalizando información. Cuando haces un resumen después de tu lectura, estás aprendiendo a integrar la información.

Veamos un ejemplo de todas estas estrategias en vivo:

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REVISA UN EJEMPLO

Este es un fragmento del texto «Constructivismo en los procesos de educación en línea» de S. Jiménez y C. Vargas. Puedes leer el texto completo en este link. La pregunta que inicia el fragmento es parte del texto original, y el destacado se puede hacer en torno a esa pregunta.
¿Qué ventajas tiene el aplicar el constructivismo en los procesos educativos?

Efectivamente, las propuestas sobre el construccionismo realizadas por importantes investigadores indican que estas teorías tienen ventajas importantes para el desarrollo intelectual de los estudiantes. Barreto, Gutiérrez, Pinilla y Parra (2006), mencionan un aspecto importante: la formación y orientación de los estudiantes a desarrollar la cualidad de crear una actitud proactiva hacia el aprendizaje; esto lleva a una cognición adaptativa que le sirve al estudiante como punto de apoyo a su mundo de experiencias cognitivas. Un principio que se realza del constructivismo es el planteamiento de que el estudiante desarrolla su aprendizaje, en un viaje que lo lleva de lo más complejo a lo más sencillo. Este proceso lo llevará a descifrar una amplia gama de conocimientos complejos y abstractos sobre la vida como un todo.

La aproximación estratégica busca promover en los estudiantes la toma de conciencia de lo que han aprendido y de los procesos que requieren para autorregularse y alcanzar dichos aprendizajes. Cuando se les enseña a los estudiantes a utilizar las estrategias cognitivas autorreguladoras y la reflexión metacognitiva, lo que se trata es de que lleguen a alcanzar de forma intencional sus objetivos, es decir, que éstos aprendan a construir su forma personal de entender (S. Hernández, 2008).

Actitud proactiva ante el aprendizaje: el estudiante podrá tomar decisiones sobre cómo aprende.

Se vuelven claves la autorregulación y la metacognición sobre los propios procesos.

¿Qué pasa si no destaco nada? ¿Qué pasa si subrayo demasiado?

Primero, tranquilidad. Cuando estamos leyendo, no todo lo que contiene el texto va a ser importante para nuestro propósito, por lo que está bien si hay secciones que no te parecen tan relevantes o que puedes trabajar en una lectura diferente. Si sientes que, por el contrario, toooodo te parece muy importante, intenta preparar una estrategia que te sea más amigable. Algunas opciones son:

  • Centrarte en escribir un resumen de las ideas clave con tus palabras. Así, lo importante estará en otro lugar y no en el destacado.
  • Decidir que solo destacarás un tipo específico de contenido; por ejemplo, podrías solo usar tu destacador para marcar los conceptos clave (y después preparar un glosario, por ejemplo). Otra posible opción es solo destacar las citas más importantes que podrías usar para un trabajo.
  • Evaluar si otra estrategia te es más cómoda, como hacer notas al margen o resúmenes intermedios. Hay personas que no aprenden tanto cuando subrayan o destacan, y está bien.

Para saber un poco más

Si quieres, puedes revisar este video tutorial que aborda diferentes técnicas de lectura y selección analítica de información. Puedes encontrar más información de este tipo en nuestra sección de Recursos para Aprender en las Disciplinas.


Profundiza

Si quieres profundizar aún más tus técnicas de lectura, puedes acceder a este contenido adicional que te entregará más y mejores herramientas para potenciar tus habilidades:

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